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Uno se levanta temprano y se prepara para el día que le espera, Vistalegre y Vicente Calderón, “casi ná”. Un domingo donde se respiraría Málaga por todas partes |
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Real Madrid – Unicaja de Málaga
Me puse en marcha y tiré para el pabellón de baloncesto donde se enfrentaban el Real Madrid – Unicaja de Málaga. Me situé en la grada y aquello parecía más el Carpena que otra cosa, dada la cantidad de gente con camisetas verdes y camisetas blanquiazules que había animando y dando apoyo a nuestro equipo. El Unicaja realizó un buen encuentro hasta el final del tercer cuarto, marchándose al termino de este con la ventaja de un punto por delante en el marcador.
Al comenzar el último cuarto, el conjunto de Aíto abandonó por completo la cancha, o al menos eso parecía, dejando jugar al Real Madrid, que con un parcial de 36 -13 hundió al equipo malagueño, que finalmente no pudo llevarse la victoria de la capital de España.
Una vez terminado el baloncesto, me dispuse a encarar el final del domingo, la segunda parte de este día tan malagueño que pudimos vivir en la capital de España.
Atlético de Madrid – Málaga CF
Partido difícil porque el Málaga necesita sumar 3 puntos para alejarse más de la zona baja y en el Vicente Calderón nunca hemos ganado, aunque alguna vez tiene que ser la primera. ¿Por qué no aquella tarde? Son las 18:30 horas. Aún faltan 30 minutos para que comience el encuentro y las gradas del estadio se van poblando poco a poco de aficionados colchoneros, todas menos una, un pequeño reducto dónde el colorido blanquiazul luce por encima de cualquier otro. Todavía falta mucho para que el partido comience, pero aquello empieza a parecerse a la Rosaleda. Salta el Málaga al césped, bufandas estiradas, se escucha el “Málaga la bombonera…” el cual a un servidor le puso los pelos de punta, porque habiéndolo escuchado mil y una veces, aquella era una ocasión especial.
El partido se pone de cara muy pronto, minuto 3 y Duda marca el primer gol del Málaga CF. Estalla la alegría en la zona visitante, se canta el gol como si fuera la vida en él y desde ese momento toca disfrutar, disfrutar con nuestro Málaga, porque fue amo y señor de un partido en el cual su rival, un Atlético de Madrid que si no mejora puede tener más problemas de lo que ellos mismos creen, se dedicó a verlas venir.
Con este resultado terminó la 1ª parte. Alegría malaguista, pero con cautela, porque quedaban 45 minutos y todo aún estaba por decidir. Se reanudó el partido y el Málaga seguía en la misma dinámica de la primera parte, control absoluto del juego. Ni las entradas del Kun Agüero y Reyes por el conjunto local hicieron que el partido cambiara de ritmo y en el minuto 69, uno de los muchos canteranos que jugaron el domingo en el Calderón, Javi López, marcó el segundo y definitivo gol a centro de Baha, lo que disparó la euforia generalizada de una parte de la grada del Calderón, aquel pequeño rinconcito dónde nos ubicaron a los malaguistas. Desde allí pudimos ver cómo este gol levantó a muchísimo público del Calderón de sus localidades antes de tiempo para abandonar el estadio. Era la gota que colmaba el vaso de la paciencia de los atléticos. Por una vez nos tocaba a nosotros irnos con la sonrisa en la boca… Y 3 puntos, 3.
Pueden ser únicamente 3 puntos, pero que dan mucha más moral al equipo y nos alejan un poquito más de ahí abajo, de esos lugares dónde estoy seguro que no vamos a volver a caer. Para eso necesitamos que nuestros jugadores sigan luchando de esta manera y poniendo su máximo empeño y nosotros, la afición, que estemos como siempre ¡GENIALES!
