Cuán lejos se antojaba ya el salvador gol de Samuel en el último suspiro ante el Betis. La Rosaleda pedía la cabeza del mister en reiteradas ocasiones, y se necesitaba una victoria balsámica para calmar a la afición.
En la previa al partido el club pedía a las peñas que fuera algo más optimista con el equipo y no se atacara tanto al equipo. No empezó como quisieron, ya que al sonar el nombre del mister por megafonía sonó una sonora pitada en contra del alemán.
El partido fue del Málaga cerca del 90% del mismo. El dominio blanquiazul en el centro del campo fue clave, y las ocasiones azulonas (hoy rojillas) se pueden contar con los dedos de una mano, y sobran dedos.
El Málaga desperdició ocasiones que, en otros partidos, hubiera supuesto tirarse de los pelos en el minuto 90 y saber, que si se hubieran aprovechado, los puntos hubieran quedado en casa. Hoy lo hicieron, gracias a un gol salvador de Santa Cruz nada más entrar, que de cabeza, y por segundo año consecutivo, daba la victoria malaguista.
Juanmi empezó en la punta y sigue demostrándole al técnico, quien allá por verano dijera que al de Coín »le faltaba mala leche», que es bien válido para el equipo e incluso para ser titular. El joven canterano derrochó ganas y coraje en el campo. Presionaba arriba como el que más y ponía la garra que muchas veces se antoja necesaria en el equipo de Schuster. Juanmi ha sido alabado por el técnico, que dijo »Juanmi es un chico que siempre se genera 2-3 ocasiones,cosa que con Mounir o Roque no tuvimos»
El partido pudo acabar con más renta malaguista, sobre todo en la primera parte pudo llegar antes el gol. Sergio Sánchez la tuvo por dos veces, aunque Moyá estuvo muy seguro, y Eliseu también gozó de varias ocasiones para poder marcar.
El Málaga despide un 2013 inolvidable en La Rosaleda, con partidos que quedarán en las entrañas de todo buen aficionado hasta el fin de los días. Gracias por tanto, Málaga.