Tuvimos que esperar más de veinte días para poder ver de nuevo a nuestro Málaga CF en el estadio de La Rosaleda jugar frente a Las Palmas. Tres semanas en las que asistimos a la debacle en Girona y a la tremenda exhibición de Isco con la selección española. Lo que nos hizo añorar otros tiempos en el que disfrutábamos al de Arroyo de la Miel con la blanquiazul.
Pero no nos aburrimos porque asistimos al triste espectáculo de los tweets del dueño de la propiedad contra la Grada de Animación y contra un periodista. Después de lo cual la Grada de Animación decidió terminar su huelga de silencio. Ya muchos adivinábamos lo que ocurrirá al final del partido tras esta decisión.
Así que con todo este ambiente enturbiado nos dirigimos, OTRO LUNES MÁS, hacía Martiricos. Lo único positivo a destacar fue el magnífico ambiente que disfrutamos durante casi noventa minutos. Otra vez el estadio gritaba al unísono y animaba al equipo como en las grandes ocasiones. Todo a pesar del triste espectáculo futbolístico.
Luego con el 1-3 de Las Palmas la mitad del público se marchó, otra gran parte pedía la marcha del dueño del club y el resto nos quedamos con la sensación de que ya nos imaginábamos el final de la película. Después rueda de prensa del entrenador con la sensación de que el barco se hunde con SÓLO tres jornadas.
Desde este verano la sensación que desprende el club es que está completamente descabezado y los aficionados parecemos contagiados de un virus de pesimismo que no sabemos cómo superar. Y los que podrían poner calma a la situación se empeñan en hacer más ruido y enturbiar el ambiente.
Los dos últimos días hemos asistido a dos ruedas de prensa de Arnau, se dice que es el director deportivo, sembrando más sombras que luces. Y ahora nos toca subir el Tourmalet del calendario y de momento no sabemos si tenemos bicicleta…
@sergio_rubio